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Tumores de mandíbula y maxilar

Aunque los tumores que tienen su origen en el maxilar superior e inferior (la mandíbula) son raros, su tratamiento tiene gran importancia, a causa de las deformidades resultantes. Estas son significativas porque estos huesos son necesarios para comer y hablar adecuadamente y las modificaciones de su forma producen cambios externos en la apariencia del paciente y son difíciles de esconder.

La mayor parte de los tumores mandibulares excepto los que comienzan en los alvéolos, se manifiestan en forma de una hinchazón, habitualmente indolora. El examen radiológico confirmará la actividad osteolítica y osteoblástica en su extensión pero no indicará de qué tipo de proceso patológico se trata. Esto solo puede determinarse mediante un cuidadoso examen del paciente, y luego, finalmente por la biopsia del tumor.

Clasificación de los tumores mandibulares

Lesiones benignas del alveolo dental:
Hiperplasia gingival: se caracteriza por hipertrofia de las encías, la mayor parte de las veces provocadas por la dentadura, aunque también pueden provocarse por medicación tales como los antiepilépticos.
Papilomas: cuyo tratamiento es la escisión simple.
Tumores gestacionales: que aparecen con frecuencia generalmente en el período de gestación.
Epulis: tumor periférico de células gigantes, cuyo tratamiento es la escisión local.
Hemangiomas.
Tumores mixtos: generalmente benignos, localizados con frecuencia en el paladar.
Tumores benignos de los maxilares:
Quistes, como los quistes radiculares, periodontogénicos y congénitos, algunos de los cuales crecen mucho.
Tumores óseos: exostosis, osteomas, tumores de células gigantes, ameloblastomas.
Tumores del tejido conjuntivo: como fibromas y angiomas.
Tumores malignos:
Carcinoma epidermoide: Pueden invadir tanto el maxilar superior como el inferior.
Adenocarcinomas: Crecen formando un tumor voluminoso que invade precozmente el hueso y se extiende por ambos maxilares.
Osteosarcoma.
Otros tumores raros.

Tratamiento de los tumores de los maxilares

Los quistes o tumores benignos del maxilar pueden tratarse mediante una simple escisión por vía intrabucal. Debido a esto y a que estos tumores están relacionados con la dentadura, suele ser accesibles por la boca, sin embargo cuando un quiste ha crecido tanto que se extiende por todo cuerpo del maxilar inferior se debe realizar una vía de acceso externa. La escisión más importante se realiza en el tratamiento de los ameloblastomas y hemangiomas que requieren una resección muy amplia del hueso sano a ambos lados del tumor.

La displasia de los huesos faciales (displasia craneometafisaria o displasia tubular) es una alteración ósea cuya característica es que afecta los huesos del esqueleto. El tratamiento debe ser en lo posible conservador.

Los tumores malignos del alveolo generalmente pueden extirparse fácilmente y generalmente la reconstrucción suele ser fácil aunque algunos casos requieren vaciamientos de cuello.

Reconstruccion de los tumores mandibulares y maxilares

Cuando la resección del tejido tumoral es conservadora generalmente se puede recurrir injertos de hueso en pequeña cantidad. El problema más importante que surge tras la extirpación de un tumor mandibular o maxilar consiste en la reconstrucción de una parte importante de la mandíbula. Dicha reconstrucción generalmente se realiza mediante técnicas de colgajos óseos libres vascularizados (mediante microcirugía) utilizando el peroné o la escápula como zona donante.

La resección de los tumores en este area debe ir seguida de la reconstrucción inmediata del defecto, para graves secuelas por retracción tisular. En algunos casos, la reconstrucción va seguida de la colocación de implantes dentales sobre los cuales se coloca una prótesis fija. Existen algunos factores como la radioterapia que pueden dificultar estos aspectos.

Aunque la reconstrucción de estos defectos puede hacerse en otro tiempo quirúrgico, en este caso, suele ser preciso aportar más tejidos, no sólo hueso, para reconstruir la retracción de partes blandas producida tras la cirugía inicial.