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Reconstrucción microquirúrgica del linfedema

El linfedema se produce por un bloqueo del sistema linfático, que deja de funcionar con normalidad y hace que en los vasos linfáticos haya un exceso de linfa (fluido que ayuda a combatir las infecciones y enfermedades). Esta acumulación en los tejidos causa un exceso de flujos que se manifiesta en forma de hinchazón crónica en una o varias partes del cuerpo, provocando sensación de pesadez y una disminución de la movilidad y de la calidad de vida del paciente.

El linfedema puede tener varias causas, pero la más frecuente es debido a la extirpación de los ganglios linfáticos. Se produce como un efecto secundario en un 20% de las pacientes que han sufrido una mastectomía tras un cáncer de mama. En la cirugía oncológica, al extraer los ganglios, en ocasiones la zona de drenaje de la linfa se ve obstruida y entonces se acumula en las extremidades, formando edemas. Esto provoca la hinchazón crónica de una o varias partes del cuerpo, normalmente en brazos, que además de tener un efecto antiestético, merma notablemente las facultades físicas del paciente. Las partes del cuerpo afectadas por el linfedema se van fibrosando y, como hay una disminución de las defensas, puesto que el sistema linfático es un sistema inmunitario defensivo, existe una mayor probabilidad de padecer infecciones.

A menudo se considera que el linfedema se da solamente en brazos y piernas, no obstante, otras regiones del cuerpo, aunque sea de forma menos frecuente, como los genitales y piernas, pueden presentarlo debido a diferentes patologías. Éste es el caso de pacientes con cáncer de piel, a los que se les ha tenido que extirpar los ganglios de la ingle o de la axila. Existen también linfedemas llamados primarios que son debidos a malformaciones congénitas del desarrollo del sistema linfático.

La Microcirugía del Linfedema permite corregir el linfedema. Esta novedosa técnica importada de Japón ha arrojado luz sobre la manera de tratar la aparición de esta irregularidad en algunos pacientes y supone un claro avance. Además, no sólo se trata de una solución para los pacientes que hayan sufrido cáncer de mama, sino también para otros linfedemas secundarios y e incluso los primarios.

Procedimiento Quirúrgico

Existen 2 técnicas de microcirugía principales:

Transferencia Ganglionar Microquirúrgica: Consiste en extraer ganglios sanos con vasos sanguíneos de una parte del cuerpo donde resulten prescindibles, como la zona superficial de la ingle, y trasladarlos a la axila mediante microcirugía. Así se restituyen los ganglios extirpados en el vaciamiento ganglionar (tratamiento contra el cáncer), que, una vez transplantados en la axila, generan una nueva red de vasos linfáticos, permitiendo vaciar la linfa a través de ellos. Esta cirugía se lleva a cabo mediante anestesia general, dura entre 4 y 5 horas y el paciente deberá permanecer hospitalizada 3 ó 4 días. Tras la intervención el paciente debe realizar un programa de fisioterapia y rehabilitación durante varios meses.

Derivación Microquirúrgica Linfático-Venosa: Consiste en unir los vasos linfáticos superficiales (que están justo bajo la piel) con las venas subdérmicas del brazo afectado mediante técnicas de microcirugía, a través de unos pequeños cortes en la piel. De este modo se descarga el linfedema, ya que la linfa se deriva desde el sistema linfático hacia las venas superficiales. Esta técnica requiere 1 día de ingresos hospitalario y, tras la intervención, el paciente debe realizar un programa de fisioterapia y rehabilitación de varios meses.

En general, se suelen asociar las dos técnicas quirúrgicas en el mismo paciente.

Los resultados

La respuesta a la cirugía es variable. Es importante intervenir el linfedema cuanto antes, a poder ser durante el primer año, cuando aún no se ha instaurado y no hay fibrosis residual pues así se obtienen resultados más satisfactorios. Si el linfedema no es muy crónico, la mayoría de las pacientes responden favorablemente a la cirugía, presentando una disminución significativa del linfedema. En otros casos, se evita la progresión del linfedema a fases más avanzadas. Después de la cirugía la paciente deberá mantener el tratamiento fisioterápico, aunque con una frecuencia e intensidad menores que antes de la cirugía.