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Reconstrucción de la parálisis facial
Existen múltiples causas que pueden provocar una alteración del nervio facial a lo largo de su recorrido. Así, como causas internas, están los tumores, los infartos o las malformaciones vasculares cerebrales, los tumores a nivel del ángulo pontocerebeloso (neurinoma del acústico), los tumores del oído medio, los tumores en la base del cráneo o los tumores de la parótida. También pueden provocar una parálisis facial ciertas causas externas como son los traumatismos craneales con fractura del hueso temporal, ciertos agentes tóxicos y enfermedades metabólicas, las infecciones víricas y bacterianas, el frío o la yatrogenia (accidente quirúrgico). Finalmente, puede producirse una parálisis facial sin causa aparente (parálisis de Bell) o de forma congénita.
Una parálisis facial puede recuperarse espontáneamente en algunos casos sobre todo cuando son parálisis secundarias a la exposición del frío o las idiopáticas (parálisis de Bell). Generalmente es necesario un tiempo prudencial de espera (6 meses) para determinar la recuperación del movimiento facial. Cuando existe certeza de lesión directa del nervio facial es imprescindible actuar de forma inmediatamente. La recuperación espontánea del movimiento tras una parálisis facial conlleva frecuentemente la aparición de movimiento aberrantes (sincinesias) que conviene tratar por medio de fisioterapia, según los casos.
Parálisis facial derecha.
Tratamiento medico
Cuando una parálisis facial es secundaria a un traumatismo craneal hay que comenzar con medidas antiedema (corticoides) para evitar la compresión del nervio en su trayecto a través de estructuras rígidas como es el hueso temporal. Igualmente, es conveniente un tratamiento antivírico o antibacteriano si se sospecha una infección. El tratamiento de la parálisis de Bell suele incluir también la administración de corticoides.
Tratamiento quirúrgico
Dependiendo del tiempo de evolución de la parálisis se utilizan diferentes técnicas. Una parálisis facial provocada por un traumatismo craneal es conveniente valorar una descompresión quirúrgica del nervio facial a nivel del hueso temporal dentro de las primeras semanas tras la lesión. Si la lesión del nervio facial ha sido yatrogénica (acto quirúrgico) hay que reparar inmediatamente la lesión.
Sin embargo, existen parálisis faciales que no recuperan el movimiento y no han transcurrido más de dos años de evolución. En estos casos se puede proceder a la neurotización de los músculos faciales propios mediante el aporte de fibras nerviosas procedentes de otro nervio. Clásicamente estos nervios son el nervio hipogloso y el nervio maseterino. Sin embargo, actualmente se utiliza como nervio donante el nervio facial sano contralateral, es lo que constituye el injerto facial cruzado.
Cuando la evolución de la parálisis es mayor de dos años hay que suplantar la musculatura facial por otros músculos del cuerpo mediante procedimientos microquirúrgicos (desde el muslo o la espalda). Todas estas técnicas intentan devolver a la cara la movilidad perdida. Es lo que constituye la rehabilitación dinámica. En otros casos, cuando por diferentes circunstancias y antecedentes no es posible realizar la rehabilitación dinámica se procede a la suspensión o rehabilitación estática facial.
¿En qué consiste la reconstrucción estática de una parálisis facial?
En pacientes ancianos o como complemento a la cirugía dinámica, se realizan técnicas de suspensión de la comisura bucal, creación del surco nasogeniano o suspensión del párpado inferior caído. Con ello se persigue una mejoría estética facial, se evita la caída de la lágrima y se evita la mordida de la mucosa bucal al comer. Estas suspensiones se realizan mediante injertos tendinosos del propio paciente.
¿Qué quiere decir rehabilitación dinámica de la cara paralizada?
Con ello se quiere decir que el paciente afecto de una parálisis facial puede volver a mover la cara, esto es, volver a sonreír (aunque de manera más tosca que antes de sufrir la enfermedad). Como ya se ha explicado más arriba, dependiendo del tiempo de evolución de la parálisis facial se utilizan las trasferencias nerviosas o combinadas con el trasplante muscular mediante microcirugía.